¿Es conocimiento la creencia verdadera justificada? Los contraejemplos Gettier

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Edmund Gettier (1927- ). A la derecha, diagrama obtenido del blog 'Ateist Logic Fail'.

En 1963 el filósofo estadounidense Edmund Gettier, de la Universidad de Massachusetts, publicó un breve artículo en la revista Analysis titulado Is Justified True Belief Knowledge? ("¿Es conocimiento la creencia verdadera justificada"?) Para situar la pregunta que encabeza el artículo cabe recordar que, de acuerdo con una vieja tradición que se remonta a Platón, los epistemólogos habían definido el conocimiento de algo como la posesión de una creencia verdadera y justificada sobre ese algo. En efecto, en el diálogo platónico Teeteto (Teeteto 201c-210b) se establece esta definición canónica (el texto se toma de la traducción de A. Vallejo Campos para la edición de la editorial Gredos, 1988):

TEETETO - Estoy pensando ahora, Sócrates, en algo que le oí decir a una persona y que se me había olvidado. Afirmaba que la opinión verdadera acompañada de una explicación es saber y que la opinión que carece de explicación queda fuera del saber. (Teeteto 201c-201d).

Y, más adelante:

SÓCRATES - De manera que cuando uno adquiere acerca de algo una opinión verdadera, el alma alcanza la verdad sobre el punto de que se trate, pero no llega al conocimiento del mismo. Efectivamente, quien no puede dar y recibir una explicación de algo carece de saber respecto de ello. Sin embargo, si alcanza una explicación, todo esto le es posible hasta lograr la plena posesión del saber. (Teeteto, 202b-202c).

Desde ese momento la definición platónica funcionó como una referencia incontestable en las discusiones epistemológicas sobre el particular, en tanto en cuanto tal definición parecía conjuntar tres evidencias tan indemostrables como incontestables: que el conocimiento de que algo es el caso presupone una actividad cognitiva del sujeto cognoscente ("creencia") basada en la real adecuación del contenido de esa cognición con la realidad ("verdadera") y capaz de dar una explicación de por qué existe tal adecuación ("justificada"). En términos puramente lógicos:

El sujeto S conoce una proposición P si y sólo si

  1. La proposición P es verdadera,
  2. El sujeto S cree la proposición P, y
  3. S está justificado (puede dar una explicación) al creer en la proposición P.
El brevísimo artículo de Gettier cuestionó radicalmente esta asunción -y aún lo sigue haciendo hoy en día- mediante la presentación de dos contraejemplos que ponen en solfa la venerable tradición epistemológica derivada de esta definición platónica. Y ya se sabe que, cuando los filósofos se aburren,  matan el sentido común con el rabo. Dada la importancia del artículo de Gettier, y habida cuenta de su brevedad, merece la pena presentar aquí una traducción íntegra de este texto. En una entrada posterior se expondrán otros contraejemplos del mismo tipo diseñados por diferentes autores, así como algunas de las soluciones que se han pretendido ofrecer a este desafío. También se tratará de analizar, en una primera e incompleta aproximación, la aplicación de estos contraejemplos a la producción del conocimiento científico.
He aquí el texto íntegro de Edmund Gettier.

¿Es conocimiento la creencia verdadera justificada?

Edmund L. Gettier

En los últimos años se han hecho varios intentos con el fin de presentar las condiciones necesarias y suficientes para poder afirmar que alguien conoce una cierta proposición. Estos intentos han sido, a menudo, tales que pueden representarse en una forma parecida a la siguiente:

(a) S conoce que P si y sólo si
  1. P es verdadera
  2. S cree que P, y
  3. S está justificado al creer que P

Por ejemplo, Chisholm sostiene que la siguiente aserción proporciona las condiciones necesarias y suficientes para el conocimiento:

(b) S conoce que P si y sólo si
  1. S acepta P
  2. S tiene evidencia adecuada de que P, y
  3. P es verdadera
Ayer presenta de la siguiente manera las condiciones necesarias y suficientes para el conocimiento:

(c) S conoce que P si y sólo si
  1. P es verdadera
  2. S está seguro de que P es verdadera, y
  3. S tiene derecho a estar seguro de que P es verdadera
Argumentaré que (a) es falsa en tanto que las condiciones ahí afirmadas no constituyen condiciones suficientes para la verdad de la proposición de que “S conoce que P”. Este mismo argumento mostrará que (b) y (c) fallan si “ tiene evidencia adecuada de que” o “tiene derecho a estar seguro de que” se sustituyen completamente por “está justificado al creer que”. Comenzaré señalando dos cuestiones. Primera, en el sentido de “justificado” en el que ‘S está justificado al creer que P’ es una condición necesaria para que ‘S conozca que P’, es posible que una persona esté justificada al creer una proposición que es, de hecho, falsa. Segunda, para cualquier proposición P, si S está justificado al creer que P, y P implica Q, y S deduce Q desde P y acepta Q como un resultado de su deducción, entonces S está justificado al creer que Q. Teniendo presentes estas dos cuestiones, presentaré dos casos en los que las condiciones afirmadas en (a) son ciertas para alguna proposición, si bien es al mismo tiempo falso que la persona en cuestión conozca tal proposición.

(Primer caso o ejemplo de Gettier)

Supóngase que Smith y Jones solicitan un trabajo. Y supóngase que Smith tiene una sólida evidencia en relación con la siguiente proposición conjuntiva:

(d) Jones es el hombre que conseguirá el trabajo, y Jones tiene diez monedas en su bolsillo.

La evidencia que tiene Smith sobre (d) puede ser que el presidente de la compañía le ha asegurado que Jones sería seleccionado al final, y que él, Smith, ha contado las monedas que Jones tiene en su bolsillo hace diez minutos. La proposición (d) implica:

(e) El hombre que consiga el trabajo tiene diez monedas en su bolsillo.

Supongamos que Smith es consciente de que (d) implica (e) y acepta (e) sobre la base de (d), acerca de la cual él tiene una sólida evidencia. En tal caso, Smith está claramente justificado al creer que (e) es verdadera.

Pero imagínese, posteriormente, que sin Smith saberlo, es él mismo y no Jones quien conseguirá el trabajo. Y, además, sin Smith saberlo, él mismo tiene diez monedas en su bolsillo. La proposición (e) es entonces verdadera, si bien la proposición (d), de la que Smith ha inferido (e), es falsa. En nuestro ejemplo, entonces, todo lo siguiente es cierto:

  • La proposición (e) es verdadera
  • Smith cree que (e) es verdadera, y
  • Smith está justificado al creer que (e) es verdadera.
Pero resulta igualmente claro que Smith no sabe que (e) es verdadera; porque (e) es verdadera en virtud del número de monedas en el bolsillo del propio Smith, mientras que Smith no sabe cuántas monedas tiene en su propio bolsillo y basa su creencia en (e) en el recuento de las monedas en el bolsillo de Jones, de quien Smith supone falsamente que es el hombre que conseguirá el trabajo.

(Segundo caso o ejemplo de Gettier)

Supongamos que Smith tiene una evidencia sólida para creer la siguiente proposición:

(f) Jones tiene un Ford.

La evidencia de Smith puede ser que Jones ha tenido siempre un coche, hasta donde Smith puede recordar, y siempre un Ford, y que Jones acaba de ofrecerle una vuelta en coche conduciendo un Ford. Imaginemos ahora que Smith tiene otro amigo, Brown, cuyo paradero ignora totalmente. Smith selecciona tres nombres de lugar de una forma bastante aleatoria y formula las siguientes tres proposiciones:

(g) O bien Jones tiene un Ford, o bien Brown está en Boston
(h) O bien Jones tiene un Ford, o bien Brown está en Barcelona
(i) O bien Jones tiene un Ford, o Brown está en Brest-Litovsk

Cada una de estas proposiciones está implicada por la proposición (f)[i]. Imagínese que Smith es consciente de la implicación de cada una de estas proposiciones que él ha formulado a partir de la proposición (f), y que acepta (g), (h) e (i) sobre la base de (f). Smith ha inferido correctamente (g), (h) e (i) a partir de una proposición para la cual él tiene una evidencia sólida. Por tanto, Smith está completamente justificado al creer cada una de estas tres proposiciones. Por supuesto, Smith no tiene ni idea de dónde está Brown. Pero imagínese ahora que se presentan posteriormente dos condiciones. En primer lugar, Jones no tiene un Ford, pero en la actualidad conduce un coche de alquiler. En segundo lugar, por pura coincidencia y sin que Smith lo sepa en modo alguno, el lugar que se menciona en la proposición (h) es realmente el lugar en el que está Brown. Si se mantienen ambas condiciones, entonces Smith no sabe que (h) es cierta, incluso si

  1. La proposición (h) es verdadera
  2. Smith cree que (h) es verdadera, y
  3. Smith está justificado al creer que (h) es verdadera.
Ambos ejemplos muestran que la definición (a) no presenta una condición suficiente para que alguien conozca una proposición dada. Los mismos casos, con los cambios apropiados, serán suficientes para mostrar que ni la definición (b) ni la definición (c) son suficientes tampoco.

[i] El lógica clásica, de un enunciado cualquiera p puede deducirse la disyunción de ese enunciado p y otro cualquiera q. Es decir, “si p, entonces ‘p o q". O, en símbolos: pp v q

Manuel Corroza

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