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Mostrando entradas de noviembre, 2017

Realidad, hechos institucionales y delirio

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«La mayoría de los seres humanos se acercan al delirio, pero no se instalan en él» (Carlos Castilla del Pino: El delirio, un error necesario ). Por José María Agüera Lorente Juguemos a eso de definir al modo grandilocuente, dejándonos llevar por esas ínfulas de oráculo de verdades absolutas que en ocasiones poseen el espíritu de algunos filósofos. Señalemos la esencia de uno de esos entes raros que en tantas ocasiones se ha tratado de definir de una vez por todas: el ser humano. Recordemos las definiciones de algunos de esos ilustres: Nietzsche nos vino a decir que el hombre es el animal que puede prometer, Unamuno –con su punto hispano existencialista– que es el ser que se angustia ante el problema de la inmortalidad, el fenomenólogo Max Scheler destacó su capacidad ascética de negarse a la satisfacción de sus instintos, Ortega y Gasset identificó su dimensión histórica como la definitoria ninguneando su naturaleza, el metafísico Zubiri lo declaró «animal de realidades»... Nad

Los malos axiomas austriacos

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Uno de mis libros favoritos es  La Ética  de Spinoza. Me gusta la ingenuidad del proyecto, la decisión con que se plantea, el estilo con que está escrito, la personalidad del escritor, la originalidad del método y el declarado respeto a la razón. Todo ello hacen de él un libro único y memorable. Es una lástima que esté todo mal, y que ninguna de las afirmaciones del libro se demuestren con el método geométrico que presume el autor. No quiere decir que todas las afirmaciones sean falsas o que las proposiciones normativas no sean razonables, sino que no están deducidas de la manera propuesta. Spinoza quería deducir la Ética a partir de la Razón basándose en unos pocos axiomas y aplicando la deducción lógica. Ahora sabemos que al rigor de la lógica debe preceder el rigor de las definiciones y que estas solo pueden establecerse en un modelo formal. Esto no impide que podamos hacer también deducciones en un lenguaje no formal, pero será difícil llegar muy lejos, sobre todo en cuanto

De números y malas filosofías en el ojo ajeno

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Parte I. De números Tenemos un problema con el infinito. No ya que no lo concibamos, sino que no lo podemos siquiera tocar, escribir o señalar. Con el infinito grande podemos hacernos algunos trucos. Por ejemplo, hacer que el intervalo abierto (0, 1), que no incluye el cero ni el uno, esté en correspondencia con los números reales positivos. Entonces, si dibujamos el intervalo y si ponemos la punta del lápiz sobre el 1 nos podemos hacer a la idea de estar tocando el infinito, pero requiere un poco de imaginación. Para el infinito pequeño las cosas son más difíciles. A pesar de que siempre podemos elegir dos números que estén muy cerca el uno del otro, más cerca que cualquier cantidad ridículamente pequeña que se nos ocurra, siempre estarán separados por una distancia positiva. Por eso siempre encontramos algún número racional entre cualesquiera dos irracionales y algún irracional entre dos racionales, a pesar de que haya en total muchísimos más irracionales que racionale

Algunas reflexiones sobre la divulgación científica

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Uno de los problemas que se enfrenta la ciencia a la hora de divulgar es la adaptación de sus complejidades, con su lenguaje especializado y modelos formales, al lenguaje verbal. Y no solo porque eso sea difícil, sino porque una vez expresada una teoría científica en estos términos narrativos, entrará a competir, a los oídos de los que somos legos en la materia, con otras narraciones. Por ejemplo, la ciencia que hay tras las vacunas es extremadamente compleja: hay que detectar la causa de una enfermedad, encontrar que se trata de un microorganismo (virus o bacteria), conocer el mecanismo de invasión y propagación del microorganismo, investigar si existen anticuerpos contra él, si pueden ser generados por el propio cuerpo, buscar cómo inducir la creación de estos anticuerpos antes de que sea demasiado tarde, encontrar versiones inofensivas del microorganismo o de alguna de sus partes que provoquen la reacción adecuada en el cuerpo humano, encontrar alternativamente barreras químicas

Democracia romántica, democracia ilustrada

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«Si el estado democrático renuncia al sostenimiento de una legalidad igualadora los débiles se quedan a merced de los fuertes y los bárbaros o los brutos o los corruptos prevalecen sobre las personas honradas, las personas que por ser pacíficas carecen de recursos o agresividad para defenderse por su cuenta». (Antonio Muñoz Molina: Todo lo que era sólido ) Por José María Agüera Lorente En estos tiempos de desazón que en este nuestro país vivimos uno anda lampando por hallar refuerzo a los puntales de su inteligencia, tratando a toda costa de evitar la intoxicación de su pensamiento diariamente expuesto a nocivas aserciones –que no argumentos, pues éstos no lucen como deberían– que ofuscan el entendimiento. A todas horas se pronuncian por doquier palabras que tendrían que inspirar seguridad. Términos «democracia» o «libertad», sin embargo, restallan como látigos en una atmósfera cargada a más no poder de falacias y sentimientos espurios. Nada significa lo que debiera y a cada p

La Filosofía del Ser y del Estar

Hace un tiempo  tuití sobre Filosofía de Ser y del Estar . Aquí lo dejo para solaz y esparcimiento de las generaciones venideras. Opino que los filósofos hispanohablantes han sacado poco provecho de la distinción entre ser y estar. Voy a hacer unas propuestas. Atentos. — José Luis Ferreira (@JL_Ferr)  11 de septiembre de 2016 Una refutación a Heidegger, por ejemplo, con un “Estar y Tiempo”, eso sí que sería Filosofía que hay que leer en el idioma original. “El Estar y la Nada”, yendo más allá del Existencialismo hasta el Estancialismo y dejando a los sartrianos ojipláticos. También da para aforismos: “El Estar está y no puede no estar” y novelas: “La insoportable levedad del estar”. Y no solo podemos proponer usos del estar frente al ser, sino también nuevos usos el ser: “El malser en la cultura”, por ejemplo. Como los no hispanohablantes nunca dominarán la diferencia entre ser y estar, se les puede vender alguna moto que otra. Por ejemplo, se puede soltar