Conversaciones sobre la Conciencia, una brevísima reseña

Acabo de terminar de leer Conversaciones sobre la Conciencia (2005), un libro que compila una serie de entrevistas que Susan Blackmore hizo a varios de los principales estudiosos de la mente de nuestro tiempo. Blackmore dialoga con Bernard Baars, Ned Block, David Chalmers, los Churchland, Francis Crick, Daniel Dennett, Susan Greenfield, Richard Gregory, Stuart Hameroff, Critof Koch, Stephen LaBerge, Thomas Metzinger, Kevin O'Regan, Roger Penrose, Vilayanur Ramachandran, John Searle, Petra Stoerig, Francisco Varela, Max Velmans y Daniel Wegner.

Desde su introducción, Blackmore pide una disculpa por no haberse entrevistado con otros especialistas en la materia. A mí personalmente me hubiera gustado ver entre los entrevistados a Oliver Sacks, Antonio Damasio, David Eagleman, Steven Pinker, Rodolfo Llinás, Mario Bunge o incluso otros autores latinos como Roger Bartra, Facundo Manes o Rubén y Alfredo Ardila. También hubiera sido interesante ver que Blackmore cuestionara a los alquimistas epistémicos de Jerry Fodor o Thomas Nagel. En fin, no se le puede criticar a esta valiente autora, no podía abarcarlo todo.

También es cierto que algunas entrevistas son más interesantes y divertidas que otras. Para mi fue una grata sorpresa ver lo claras que fueron las posiciones de Pat y Paul Churchuland, de Daniel Dennett, de Roger Penrose, de Richard Gregory o de Francis Crick; a la vez que fue algo decepcionante ver lo ambiguas y desordenadas que fueron las respuestas que dieron otros como Ned Block, Susan Greenfield e incluso Ramachandran. Aún así, el libro no tiene desperdicio alguno.

Las entrevistas cuentan con al menos cuatro cuestiones generales que se repiten una y otra vez:

1. El problema difícil de la conciencia.
2. Los qualia.
3. El zombi filosófico (p-zombi).
4. El libre albedrío.

La pregunta en la que se basan todas las conversaciones es la clásica ¿qué es la conciencia y por qué es tan problemático su estudio? Blackmore da por hecho que existe el "problema difícil de la conciencia", y que este es el objeto de estudio de la "ciencia de la conciencia". En ninguno de los entrevistados se observa una total claridad en la definición de conciencia, aunque es clara la respuesta de todos sobre por qué es difícil estudirla científicamente.

Por otra parte, varios autores son cuestionados por el uso que hacen del concepto "qualia", concepto usado con vaguedad por unos y con mayor precisión por otros. Es curioso notar que quienes utilizan este concepto con mayor claridad son aquellos de formación filosófica, mientras que los psicólogos y neurocientíficos hacen un uso ambiguo, confundiendo el concepto con el de "experiencia" en veces. La discusión sobre los qualia, sin embargo, no se profundiza mucho en ninguna entrevista (ni siquiera en la de Dennett, quien es su más famoso negacionista).

Blackmore cuestiona a casi todos sus entrevistados sobre si creen que es "posible" que exista el zombi filosófico. Este experimento mental nos plantea la cuestión de si será lógicamente imaginable y fácticamente posible que exista una criatura que sea idéntica a un ser conciente (como los humanos), con la excepción de que este hipotético ser carece de conciencia. Es decir, el p-zombi es capaz de tener experiencias, sensaciones y de comunicarlas a otros, pero no es conciente de nada de esto. Es mayoría los que contestan que sí sería posible, aunque son resaltables aquellos que ven al p-zombi como paja mental propia de filósofos. Petra Stoerig, por ejemplo, menciona que se ha malgastado mucha tinta, mucho trabajo y talado muchos árboles para discutir este experimento mental que ve poco relevante. Cabe resaltar que el p-zombi es un experimento mental que ilustra el problema difícil y cuestiona el programa fuerte de inteligencia artificial, aunque básicamente estoy de acuerdo que es más un experimento ocioso que se le ha prestado demasiada atención, una de las muchas fuentes de discusiones bizantinas en filosofía, sin duda.

Por último, parece que hay una clase de "consenso compatibilista" entre los entrevistados, pues al preguntarles si pensaban que tienen libre albedrío no es posible encontrar uno solo que respondiera con un rotundo no. Sin embargo, parece que hay "niveles" de compatibilismo. Están los que declaran abiertamente que poseen libre albedrío (Dennett es tal vez el más sobresaliente), y están aquellos que "intuyen" que el libre albedrío es una ilusión pero (kantianamente) "actúan como si existiese."

En conclusión, la obra de Blackmore es una excelente y divertida introducción a la filosofía de la mente moderna, mostrándonos el abanico de propuestas y teorías sobre la conciencia que hoy día se estudian (y discuten) tanto en aulas como en laboratorios: desde los defensores de los correlatos neuronales de la conciencia, pasando por los investigadores de los fenómenos cuánticos en los microtúbulos, hasta los epifenomenistas, los pampsiquistas, la neurofenomenología y los monistas-materialistas.


Por Daniel Galarza Santiago.

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