Los mormones, la teosis, y la alienación religiosa (Gabriel Andrade)
A mi juicio, una de las críticas más efectivas en contra de la religión es la que en el siglo XIX hizo el filósofo Ludwig Feuerbach: la religión aliena al hombre en la medida en que lo empequeñece ante Dios. La divinidad es la proyección de lo que el hombre quiere ser. Pero, precisamente, cuanto más engrandece a Dios, el hombre más se empequeñece a sí mismo. Casi todas las religiones castigan duramente aquello que los griegos llamaron hubris : la arrogancia humana de pretender ser Dios. Hoy, esa misma censura religiosa impide muchos avances tecnológicos (sobre todo en el ámbito de la bioteconología), pues se asume que esos avances son una forma de “jugar a ser Dios”. Las religiones enseñan la distancia entre Dios y el hombre, y según se nos dice, siempre debemos saber reconocer nuestra pequeñez. Pero, afortunadament...