O se entienden los errores o no se entiende nada
En un mundo imperfecto se cometen errores de entre los que destacan el error tipo I y el error tipo II. Condenar a un inocente sería un error tipo I, mientras que dejar libre a un culpable lo sería del tipo II. Es posible reducir ambos errores dedicando más recursos a la justicia u organizándola de manera más eficiente, pero dados unos recursos y una manera de hacer las cosas habrá que llegar a un compromiso social sobre cuánto tolerar en los errores. En particular, si quisiéramos disminuir la probabilidad de error tipo I aumentaríamos la de error tipo II. La única forma de que no condenar nunca a ningún inocente es no condenar nunca a nadie. Es decir, para incurrir en un 0% de error tipo I debemos aceptar un error tipo II con total seguridad. Al contrario ocurre lo mismo; para no dejar libre a ningún culpable deberemos condenar a todo el mundo. Es lo que motivó a Arnaldo Amalric cuando dijo aquello de "¡matadlos a todos, que dios reconocerá a los suyos!". Esto t...