Carta abierta a un catalán
José Luis Ferreira
No te preocupes por esta carta. No es para decirte que te quedes ni que te vayas. Es para que recordemos unas cuantas cosas y para, tal vez, convenir en otras más.
En el recuerdo quiero que tengas que, sea cual sea la decisión de los catalanes, será en España donde vais a tener más amigos. Es posible que tengáis también algún enemigo o algún indiferente, aquellos que creen que eso de hablar catalán es un capricho, por ejemplo. Espero que valores más a los primeros que a los segundos. Y esto me lleva a alguna de esas cosas que deberíamos convenir, y es que entre todos deberíamos hacer que el número de amigos sea el máximo posible y el de enemigos el mínimo.
Siempre he defendido la independencia de los catalanes si así lo deseáis. España no debería poner trabas a un proceso nacido de esa decisión ni impedir la permanencia de Catalunya en Europa. También he defendido que si no se opta por la independencia, la integración de Catalunya en España debe ser de manera aceptada por ambas partes. La independencia puede ser un deseo unilateral, pero la integración debe ser conjunta. Algunas de las torpezas sobre cómo se manejó el nuevo estatuto vinieron de no haber dejado claro esto.
España no puede estar negociando transferencias y estatutos cada cuatro años, según las elecciones. La estructura de Estado necesita una estabilidad. Si no es la actual, la que sea, pero estable, que dure por lo menos veinte o veinticinco años y que se cambie de manera consensuada porque es la manera de adecuarse mejor a los tiempos.
El modo en que los territorios más ricos realizan transferencias a los menos ricos es algo que debe definirse mejor: Qué solidaridad ejercer, qué responsabilidades pedir a cambio, cómo contabilizar estas transferencias,... La estructura actual hace difícil saber qué se está haciendo. ¿Aporta más Madrid que Catalunya? ¿Se ha corregido bien el hecho de la capitalidad y de la tributación de las sedes de las grandes empresas? ¿Es cierto que País Vasco y Navarra contribuyen menos? ¿Es la solución que Catalunya tenga un concierto para también contribuir menos? ¿Es la solución revisar el Cupo para que las forales contribuyan más? ¿Es el concierto preferible, no por esa razón, sino para tener más certidumbre y control de los ingresos propios? Según algunos cálculos, las transferencias de Catalunya al resto de España son el 8% del PIB catalán. Es un número semejante a las que ocurren entre algunos de los ricos y liberales estados de Nueva Inglaterra y el resto de los EEUU. No sé si es mucho o poco.
En lo que ocurra a partir de ahora no deberíamos prestar ninguna atención a quienes promuevan rencores, agravios, odios o boicots, como no hemos debido permitirlo nunca.
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