Lot, Sodoma y Gomorra (Andrés Carmona)
De todos los libros de mitología, yo
diría que la Biblia es mi favorito, si bien es cierto que posiblemente se deba
a que lo conozco más que a otros como el Corán o los Vedas. Uno de los mitos de
la Biblia que más me impresiona es el de Lot y la destrucción de Sodoma y
Gomorra. Es conocida la historia en
general, pero aquí me centraré en algunos detalles que suelen pasar desapercibidos para quien no ha leído el
mito tal cual en la Biblia.
Lo que se sabe popularmente del mito
es que los habitantes de Sodoma y Gomorra eran gentes malvadas por cuya
perversión Dios los castigó destruyendo esas ciudades con una lluvia de azufre
y de fuego. También es sabido que en una de ellas, en Sodoma, vivía Lot, que
era un hombre justo, y que fue el único, junto con su familia, que se salvó de
la destrucción, así como la anécdota de que, al huir, su mujer miró atrás hacia
la ciudad, y Dios la castigó convirtiéndola en estatua de sal.
Todo lo anterior, más algunas cosas
más que luego comentaremos, se encuentran en el capítulo 19 del libro de
Génesis. Menos sabido es que Lot se salva de la ciudad por intermediación de su
tío Abraham (Génesis 19, 29). En el capítulo 18 de Génesis, Dios le revela a
Abraham su intención de destruir Sodoma y Gomorra, pero Abraham mantiene una
conversación con Dios en la que le pregunta si lo haría igualmente aunque
hubiera cincuenta hombres justos en la ciudad. Dios le dice que no, que si
hubiera aunque solo fuera cincuenta justos en esas ciudades, no las destruiría
para que no pagaran esos cincuenta por el pecado de todos los demás. Abraham
continúa reduciendo la cantidad: ¿y si hubiera 40, y si solo fueran 20, y si no
hubiera más que diez? Y Dios le viene a decir: que no, pesado, que no, ni
aunque solo hubiera diez. La insistencia de Abraham es porque tiene en mente a su
sobrino Lot, que vive en Sodoma.
El pecado de Sodoma y Gomorra tampoco
está muy claro. Tradicionalmente se considera que es el sexo anal al que, por
lo visto, estaban aficionados sus habitantes. De hecho, el término “sodomía”
significa “sexo anal” por eso mismo. Sin embargo, el libro de Génesis no lo
deja claro del todo. En Génesis 13, 13 tan solo se dice: “Mas los hombres de
Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera”. El profeta Isaías
dice que pecaban públicamente y sin ocultarlo (Isaías 3, 9). Y la 2ª carta de
Pedro las menciona como ejemplo de las consecuencias por vivir impíamente (2 Pedro
2, 6). Pero no detallan exactamente sus pecados. Tan solo el profeta Ezequiel
menciona algunos: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia,
saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no
fortaleció la mano del afligido y del menesteroso” (Ezequiel 16, 49). Entre
esos pecados no está el sexo anal. Tan solo en la tardía carta de Judas, hacia
el final del Nuevo Testamento, se habla de ello: “Como Sodoma y Gomorra y las
ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos habiendo fornicado
e ido en pos de vicios en contra de la naturaleza, fueron puestas por ejemplo,
sufriendo castigo de fuego eterno” (Judas, 7). Teniendo en cuenta que Pablo
considera la homosexualidad como sexo antinatura (Romanos1, 27), puede
entenderse que Judas se refiere a lo mismo. De todas formas, la relación entre
los vicios de los sodomitas (como habitantes de Sodoma) y la sodomía (sexo
anal) se debe a lo que aconteció después con los vecinos de Lot y unos ángeles.
El capítulo 19 de Génesis relata el
plan de Dios para destruir Sodoma y Gomorra y cumplir su palabra con Abraham de
no castigar por igual al justo con los pecadores. Por lo visto, las únicas
personas justas en Sodoma eran Lot y su familia, así que antes de destruir la
ciudad, envía a dos ángeles para avisar a Lot de que huyan. Sin embargo, los habitantes
de Sodoma, al ver que dos individuos entran en casa de Lot, van allí y le piden
a Lot que les dejen violarlos. Tal vez aquí esté el meollo de la identificación
entre Sodoma y sodomía: los habitantes de Sodoma quieren violar analmente a los
ángeles (a los que confunden con unos extranjeros), y se sobreentiende que era
la costumbre de la ciudad, violar a los extraños. Sin embargo, sigue siendo
dudoso que el pecado fuera entonces el sexo anal, pues bien pudiera
interpretarse que el pecado fuera la violación en sí, y no tanto el tipo de
sexo con el que se realizara. De esta forma, bien pudiera ser que, de acuerdo a
la enumeración de Ezequiel y el relato que estamos viendo en Génesis 19, los
pecados de Sodoma y Gomorra fueran la soberbia, la gula, la pereza, y la falta
de misericordia con los más necesitados, además de la violación. De ser así, la
identificación del sexo anal, o más restringidamente la homosexualidad, como el
pecado de Sodoma, sería una interpretación sesgada por un prejuicio homófobo o
contra el sexo anal en general. Lo que resulta significativo, es que la
tradición judeocristiana solo haya mantenido este pecado como sinónimo de sodomía
ignorando los demás pecados de los sodomitas, por ejemplo, su falta de
consideración hacia los más necesitados: para el judeocristianismo, el tipo de
sexo que practiquen las personas parece más grave que si ayudan o no a sus
semejantes.
Sea como sea, el caso es que, según
el Génesis, todos los varones de Sodoma querían violar a los ángeles de Dios: “todo
el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo”, dice en el versículo
4. Como es evidente, Lot se opone y no se lo permite, que es lo menos que se
puede esperar del único hombre justo que había en la ciudad. Pero justo después
ocurre algo sorprendente y que es desconocido para la inmensa mayoría: ¡Lot
ofrece a los sodomitas que violen a sus propias hijas en vez de a los ángeles!
En palabras del propio Lot: “Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré
afuera, y haced con ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones
no hagáis nada, pues vinieron a la sombra de mi tejado” (Génesis 19, 7-8). ¡Increíble!
Al hombre más justo de Sodoma no se le ocurre otra cosa para salvar a sus huéspedes
que ofrecer a sus hijas a una turba de violadores. Unas hijas que además serían
bastante jóvenes en cuanto que eran vírgenes todavía (lo que, en esa época, era
sinónimo de jóvenes, seguramente adolescentes).
Cuesta entender cómo este terrible
detalle del mito ha pasado desapercibido y casi nadie lo sabe de la historia de
Lot. Hay aquí una gravísima contradicción: cuesta pensar que el hombre más
justo de la toda la ciudad no cayera en la cuenta de la cruel injusticia que
cometía al ofrecer dos hijas jóvenes para ser violadas a cambio de salvar a dos
ángeles (que por muy ángeles que sean ni quitan ni ponen dignidad ni derechos a
esas dos adolescentes). Si Lot hubiera luchado contra los sodomitas, se hubiera
enfrentado a ellos o incluso se hubiera sacrificado defendiendo a sus huéspedes
o su familia, lo tendríamos por un héroe, pero ¿qué podemos pensar de alguien
que ofrece así como así a sus hijas para ser víctimas de una violación
múltiple?
Otro aspecto importante es el
criterio de justicia de Dios mismo. Supuestamente, Dios aniquila a Sodoma y
Gomorra por sus pecados, y las destruye totalmente. Esa destrucción implica que
asesinó también a los niños y bebés sodomitas, pues es lógico pensar que en
aquellas ciudades no habría solamente adultos. ¿Acaso Lot, dispuesto a que
violen a sus hijas, era más justo, y por eso él mereció salvarse de la destrucción,
que los niños y bebés? De nuevo nos encontramos con el problema de los
infanticidios divinos que hay en la Biblia. Ya antes de este mito, nos lo
encontramos en el del diluvio universal: si Dios anegó toda la tierra en el
diluvio, tuvo que ahogar también a todos los niños y bebés que hubiera entonces
en el planeta, lo que sería el mayor genocidio de toda la historia. Posteriormente
llevará a cabo otro infanticidio él mismo, cuando mate a todos los primogénitos
de Egipto (Éxodo 11, 4-5). Y Dios mismo también ordenará el infanticidio de los
niños y bebés amalecitas: “Ve, pues, y ataca a Amalec, y destruye todo lo que
tiene y no te apiades de él; mata a hombres y a mujeres, a niños y hasta a los
de pecho” (1 Samuel 15, 3). Por lo visto, el tipo de cópula carnal es pecado
muy grave, pero matar a niños y recién nacidos es peccata minuta.
Volviendo al mito, los sodomitas no
aceptan el ofrecimiento de Lot y le atacan para entrar en su casa y violar a los
ángeles. Sin embargo, estos salvan a Lot y se encierran dentro de la casa. Al
día siguiente, Lot, su esposa y sus hijas abandonan la ciudad de la mano de los
ángeles. Al irse, Dios destruye totalmente las ciudades. Es en ese momento en
el que la esposa de Lot mira hacia atrás (se sobreentiende que arrepentida de
irse) y por eso Dios la castiga convirtiéndola en estatua de sal (Génesis 19,
26). Esta anécdota también es curiosa, porque de hecho Lot tampoco parecía
tener prisa por irse de Sodoma a pesar de los pesares. Tanto es así, que el
texto dice: “Al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: “Levántate,
toma a tu esposa y a tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en
el castigo de la ciudad”. Y demorándose él, los varones le asieron de la mano,
y de la mano de su esposa y de las manos de sus dos hijas, según la
misericordia de Jehová para con él; y le sacaron y le pusieron fuera de la
ciudad” (Génesis 19, 15-16). Bien pudiera ser que, tanto Lot como su familia,
no vivieran muy a disgusto en Sodoma a pesar de sus costumbres.
El final de la historia también es
sorprendente. Lot se dirige a otra ciudad, a Zoar, pero después decide quedarse
a vivir con su familia en una cueva (Génesis 19, 30). Al vivir así, apartados
del mundo, sus hijas, que eran vírgenes, temen no tener descendencia, y no se
les ocurre otra idea que emborrachar a su padre y tener sexo con él una día
cada una para quedarse embarazadas (Génesis 19, 31-36). De este pecado de
incesto nacieron sus hijos Moab y Ben-ammi, de donde descienden los pueblos de
los moabitas y los amonitas (Génesis 19, 37-38), pueblos enemigos del pueblo
hebreo y con los que estos lucharán posteriormente en los demás libros del
Antiguo Testamento. Obvia decir que todo el mito es eso, un mito, y que este
final solo es una invención para justificar a
posteriori la rivalidad y hostilidades de los hebreos con sus pueblos
vecinos, como los moabitas y amonitas, remontando su maldad a su propio origen
incestuoso.
Una vez más, la lectura de la propia
Biblia muestra los horrores de la religión y las múltiples contradicciones en
las que incurre. A veces pienso que si diseñara una asignatura de “Ateología”
para enseñar el ateísmo en las escuelas y que los jóvenes dejaran a un lado la
religión, el único libro de texto que pondría sería la Biblia: que ellos la
leyeran y su inteligencia haría el resto.
(En
la imagen: Lot y sus hijas, Hendrick
Goltzius, 1616).
Andrés Carmona Campo. Licenciado
en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un
Instituto de Enseñanza Secundaria.
Has pasado por alto un detalle importante, y en el que se denota que los ángeles no quedaron inactivos ante la acometida de los sodomitas contra Lot.
ResponderEliminar8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón... etc.
9 Y ellos respondieron: Quita allá. Y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper las puertas.
10 ENTONCES LOS VARONES ALARGARON LA MANO, Y METIERON A LOT EN CASA CON ELLOS, Y CERRARON LAS PUERTAS.
11 Y A LOS HOMBRES QUE ESTABAN A LA PUERTA DE LA CASA, DESDE EL MENOR HASTA EL MAYOR, HIRIERON DE CEGUERA,MAS ELLOS SE FATIGABAN POR HALLAR LA PUERTA... etc.
En cuanto al mensaje que subyace en el artículo, me parece muy natural que hace cuatro milenios, más o menos, se viera la sodomía como algo antinatural.
Es más, me pregunto si pretende insinuar que en la Naturaleza la sodomía es de lo más natural.
En mi opinión el reconocimiento social de la homosexualidad es un acto humano que corrige con la consciencia un error de La inconsciente Madre, de la Naturaleza.
Un detalle que explica mejor el pasaje el deber de hospitalidad, poco comprensible hoy pero de gran peso en los pueblos antiguos. Lot se ha establecido en la ciudad pero se comporta como nómada honrado acogiendo a los forasteros. La ley de la hospitalidad le obliga a defenderlos mientras están amparados "a la sombra de su tejado", razón por la que prefiere sacrificar la virginidad de sus hijas. Las hijas son consideradas simplemente como bienes preciados, pero bienes al fin y al cabo. Pueden venderse, entregarse para saldar una deuda o para salir de un apuro, como en este caso. Es verdad que esa preferencia de su costumbre sobre la dignidad de sus hijas no es aceptable, pero tenga en cuenta que la revelación es progresiva, avanza y se ilumina siguiendo una larga Historia Sagrada. Ahora estamos en el Génesis, en el año tropecientos a.C, la revelación completa de los planes de Dios sobre al dignidad de la persona, la sexualidad y el matrimonio no se completa hasta Jesucristo.
ResponderEliminarEn todo caso el relato no da un respaldo moral a la actitud de Lot, como creo que usted interpreta. El drama de Lot, y la principal enseñanza del este pasaje, es la imposibilidad del creyente de mantenerse en paz con el mundo. Sodoma y Gomorra son figura del mundo dominado por la maldad. Y es verdad que no se hacen acreedoras del castigo por un pecado concreto, aunque en el caso de Sodoma, la mención explícita a una práctica homosexual ha conllevado que la palabra "sodomita" no sea solo un gentilicio. Las dos ciudades son un compendio de todos los vicios, equivalente a la Babilonia la Grande del Apocalipsis. También tiene usted razón -y así se ha interpretado tradicionalmente- en que Lot, aunque es justo, se ha acomodado en la ciudad. Pero permanecer en la ciudad le exige tarde o temprano hacer concesiones al mal y el precio de la paz con el mal es siempre inaceptable: en su caso, permitir la curiosa novatada de los sodomitas o prostituir a sus hijas. Por eso no hay alternativa: "Salid de ella, pueblo mío" pide Dios en Apocalipsis 18.4 (y antes en Jeremías 51.48, Isaías 48.20 etc). La figura de Lot contrasta así con la de Abraham, que nunca se instalará definitivamente, viviendo siempre como extranjero. Abraham será el modelo del cristiano como peregrino libre atado solo a la voluntad de Dios, mientras que Lot y su familia personifican el apego al mundo. Si Lot se salva no es por sus méritos, sino por la Gracia de Dios y por intercesión de Abraham. Él no es capaz de salir, lo sacan. ¡Cuántas veces nos vemos reflejados en Lot, incapaces de romper con el mal por nosotros mismos!
No comprendo bien su reflexión sobre si las intenciones de los sodomitas incluian o no el sexo anal.
No me parece mala su idea de la Biblia como libro de texto para sus clases de ateísmo. Puede ser demoledor para alumnos en crisis de fe, pero ojo, también para profes en crisis de no-fe. No permita que Dios pase de largo. Sea muy pesado, haga como Lot o como los discípulos de Emaús e invite a Dios a hospedarse en su casa esta noche.
Un saludo, el católico de Santander
¡Qué buen artículo, Lic. Andrés Carmona!. Le agradezco. Lo he disfrutado. Pero como dice Mark Twain: “Es muy fácil engañar a las personas, pero es sumamente difícil convencerlas de que han sido engañadas”. Obviamente debemos ser acérrimos defensores del pensamiento Crítico y la Razón, como usted comenta: "Una vez más, la lectura de la propia Biblia muestra los horrores de la religión y las múltiples contradicciones en las que incurre. A veces pienso que si diseñara una asignatura de “Ateología” para enseñar el ateísmo en las escuelas y que los jóvenes dejaran a un lado la religión, el único libro de texto que pondría sería la Biblia: que ellos la leyeran y su inteligencia haría el resto". Felicidades
ResponderEliminarn detalle que explica mejor el pasaje el deber de hospitalidad, poco comprensible hoy pero de gran peso en los pueblos antiguos. Lot se ha establecido en la ciudad pero se comporta como nómada honrado acogiendo a los forasteros. La ley de la hospitalidad le obliga a defenderlos mientras están amparados "a la sombra de su tejado", razón por la que prefiere sacrificar la virginidad de sus hijas. Las hijas son consideradas simplemente como bienes preciados, pero bienes al fin y al cabo. Pueden venderse, entregarse para saldar una deuda o para salir de un apuro, como en este caso. Es verdad que esa preferencia de su costumbre sobre la dignidad de sus hijas no es aceptable, pero tenga en cuenta que la revelación es progresiva, avanza y se ilumina siguiendo una larga Historia Sagrada. Ahora estamos en el Génesis, en el año tropecientos a.C, la revelación completa de los planes de Dios sobre al dignidad de la persona, la sexualidad y el matrimonio no se completa hasta Jesucristo.
ResponderEliminarEn todo caso el relato no da un respaldo moral a la actitud de Lot, como creo que usted interpreta. El drama de Lot, y la principal enseñanza del este pasaje, es la imposibilidad del creyente de mantenerse en paz con el mundo. Sodoma y Gomorra son figura del mundo dominado por la maldad. Y es verdad que no se hacen acreedoras del castigo por un pecado concreto, aunque en el caso de Sodoma, la mención explícita a una práctica homosexual ha conllevado que la palabra "sodomita" no sea solo un gentilicio. Las dos ciudades son un compendio de todos los vicios, equivalente a la Babilonia la Grande del Apocalipsis. También tiene usted razón -y así se ha interpretado tradicionalmente- en que Lot, aunque es justo, se ha acomodado en la ciudad. Pero permanecer en la ciudad le exige tarde o temprano hacer concesiones al mal y el precio de la paz con el mal es siempre inaceptable: en su caso, permitir la curiosa novatada de los sodomitas o prostituir a sus hijas. Por eso no hay alternativa: "Salid de ella, pueblo mío" pide Dios en Apocalipsis 18.4 (y antes en Jeremías 51.48, Isaías 48.20 etc). La figura de Lot contrasta así con la de Abraham, que nunca se instalará definitivamente, viviendo siempre como extranjero. Abraham será el modelo del cristiano como peregrino libre atado solo a la voluntad de Dios, mientras que Lot y su familia personifican el apego al mundo. Si Lot se salva no es por sus méritos, sino por la Gracia de Dios y por intercesión de Abraham. Él no es capaz de salir, lo sacan. ¡Cuántas veces nos vemos reflejados en Lot, incapaces de romper con el mal por nosotros mismos!
No comprendo bien su reflexión sobre si las intenciones de los sodomitas incluian o no el sexo anal.
No me parece mala su idea de la Biblia como libro de texto para sus clases de ateísmo. Puede ser demoledor para alumnos en crisis de fe, pero ojo, también para profes en crisis de no-fe. No permita que Dios pase de largo. Sea muy pesado, haga como Lot o como los discípulos de Emaús e invite a Dios a hospedarse en su casa esta noche.
Un saludo, el católico de Santander
La respuesta es simple a porque Lot ofrecio sus hijas. 1. Era para honrar a los extranjeros demostrandoles que importancia le ponia el a la hospitalidad. 2. El sabia que no iban aceptar sus hijas porque se las ofrecio a homosexuales. Ahora bien Dios nunca aprueba la reacción de Lot. Ahora bien es cierto que murieron niños y eran inocentes pero esas innocentes creaturas som salvas de todas maneras. Incluso al morir vana un mejor lugar de donde ya estaban. Lot fue castigado porque si descendencia se convirtió en enemigos.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de los bebés y los niños sodomitas, jejeje; sí, a ellos también los mató, y aullaron como abortos
ResponderEliminarque decirle senor carmona no se a quien juzga si a la religuion o a Dios porque no es lo mismo rliguions hay muchas Dios solo es uno y cristo fue el que murio su propio hijo y no por los justos y quien lo permitio pus Dios el mismo que destruyo sod y gom con el sacrificio de jesus todo fue perfeccionado para los que creen quie le puede prohibir al alfarero destruir un objeto por el creado si no sirve con respecto a los ninos seguro Dios no se olvido de ellos.
EliminarUn mito? El papel aguanta todo señor. El que analiza algo, busca la verdad. Para un niño todo es incoherente y pregunta sinceramente a su Padre, para conocer y ententer, pues su mente aún es inmadura para entender como su Padre, en su mente deberá romper muchos muros para entender el alcance del bien del mal. Descalificar La Palabra de Dios publicamente, es descalificar a Dios. Si Dios no está a la altura de tu 'bondad' y tu 'rectitud' y por lo visto no tienes el mínimo reparo en desautorizarlo abiertamente, y te asignas titulo de 'estudioso' o 'investigador' te envaneses, pero no creces en carácter, que es el propósito de la palabra de Dios para todos los hombres, pues la tendencia de todo ser humano es el mal, en diferentes formas. Si estudias a todos y aún has metido en el saco La Palabra de Dios. Ni está, ni las otras te serviran verdadermente, solo a la parte intelectual, y esta, te aseguro, que con el tiempo se pierde, mas 'El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán' Mateo 24:35. Bendiciones.
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