¿Es la Pesca algo Ético?
Por Matias Suarez Holze.
No cabe duda que pescar es algo popularmente practicado y socialmente aceptado, sea para proporcionar alimento o por simple diversión –mal llamado deporte-. La pregunta que pretenderé responder es ¿la pesca es moral-éticamente aceptable pese a su popularidad? Pero antes, la primera pregunta que deberíamos hacernos es ¿Los peces son capaces de sentir dolor? La realidad es que sí. En los estudios de la bióloga Victoria Braithwaite publicados en Oxford University Press (Do fish feel pain?) , y los de la neurobióloga Lynne Sneddon -y otros investigadores científicos del equipo de la Universidad Roslin de Edimburgo- se concluyó, con consenso, que los peces sienten dolor físico, al igual que el resto de los animales[1].
Los peces disponen de nocioceptores, procesan el dolor de forma compleja y su comportamiento se ve alterado por el dolor. De hecho en uno de los experimentos realizados por el grupo de científicos de Roslin las truchas fueron inyectadas con soluciones con veneno de abeja en los labios, y reaccionaron frotándose los labios contra las paredes del tanque. Se encontraron 58 receptores en la cara de las truchas que responden a estímulos dañinos. De estos, 22 pueden ser clasificados como sensores que responden a presiones mecánicas y a estímulos de calor cuando son expuestos a temperaturas sobre los 40º Celcius. También se concluyó que 18 de los receptores de los peces responden a estímulos químicos y se parecen a los que se han encontrado en anfibios, aves y mamíferos, incluidos los humanos.
Ahora que sabemos que los peces son capaces de percibir el dolor, podemos volver a la pregunta ¿es ético pescarlos? Se puede decir que básicamente se pesca por dos razones: diversión y alimento.
El caso de alimento es más complejo. Sabemos que ninguna carne animal es necesaria para la dieta humana por lo que pescar por alimento, en algunos casos, resulta prescindible. Sin embargo la pesca puede quedar justificada en caso de necesidad, por escasez de alimento y pobreza. En el caso prescindible, dejémoslo inconcluso por hoy para no caer en un típico discurso vegano/vegetariano.
El problema ético-moral central en esta la nota está en la pesca por diversión-ocio, que claramente no se justifica por la búsqueda de alimento.
Supongamos un caso hipotético: tomo un trozo de carne, le coloco un anzuelo, ato el anzuelo a un vehículo y lo coloco en la calle. Al rato un perro huele y mordisquea la carne quedando atrapado por el anzuelo, al percatarme, arranco el vehículo y arrastro al perro. Luego lo coloco dentro de un balde de agua y corro a mostrarle el balde a mis amigos y conocidos ¿Qué clase de reacción creen que despertaría? ¿Acaso la misma que el mostrar nuestro “trofeo” de un día de pesca? Esta analogía tal vez no sea exacta, ya que no se sabe exactamente si perro y pez poseen un grado igual de sintiencia (capacidad de sentir dolor), tampoco a qué tipo de peces me refiero como trofeos de pesca, sabiendo que tampoco se midió los niveles de sintiencia de cada pez (no sabemos en medida cuanto y como puede sufrir cada pez). Pero sí ilustra en qué forma la sociedad acepta una práctica basada en la agresión, tortura y muerte de un pez, que es un ser sintiente, pero no la de un perro, que también es un ser sintiente. Esto es porque la pesca está socialmente más aceptada que el mismo nivel de maltrato hacia otra especie animal con la que estamos más familiarizados. La pesca es crueldad naturalizada. Y la crueldad por ocio, no puede ser para nada moralmente aceptable. La crueldad innecesaria es algo completamente inmoral y merece repudio.
Algunos pescadores tal vez se excusarán diciendo que no matan a la víctima. Esto no hace que la práctica deje de ser cruel, ya que el animal regresaría herido innecesariamente a su hábitat. ¿Por qué a la gente le gusta maltratar peces? Al parecer por falta de ocio sano, como gusto por hacer música, escribir poesía, escribir ensayos, dibujar o hacer deportes de verdad. Tal vez, también sea porque pescar representa una actividad que en algún momento fue útil para la mayoría de los humanos a lo largo de la historia y además es una forma (aunque nociva y violenta) de estar “en contacto con la naturaleza”. Claramente hay formas más éticas de estar en “contacto con la naturaleza”. La pesca es “una forma de destruirla”, más que de estar “en contacto”[2]. El gusto por las actividades primitivas como cazar, pescar y luchar está muy arraigado en algunos humanos. Pero esto no quiere decir que sea algo “natural” y por lo tanto inevitable del comportamiento humano. Decir que pescar es “bueno” porque es algo “natural” (que de hecho tampoco lo es) es cometer una grave falacia naturalista (creer que porque algo es natural es bueno). Pescar no es más natural que asesinar a una persona porque invade nuestro territorio. Ni siquiera físicamente la pesca es algo conveniente: es mucho más productivo físicamente ir al gimnasio o jugar al fútbol, pero bueno, eso lo sabemos de todos modos. Debería bastar para que deje de llamarse deporte.
La pesca por ocio, es una actividad aberrante, inmoral, cruel e innecesaria a pesar de estar socialmente aceptada. De hecho, no es la única. Sobran prácticas por lo general aceptadas que son injustas, inmorales y crueles. Por ello no basta el consenso popular para deducir si algo es “bueno” o “malo”. Creer que ser ético es “seguir el rebaño” es carecer completamente de la capacidad de tomar correctas decisiones morales. Si todos lo hacen, no necesariamente es bueno. Uno de los principales problemas que afrenta y afrentará la humanidad es el de los problemas ético-morales. Debemos como especie ser capaces de tomar correctas decisiones morales, tanto entre nosotros los humanos, como en relación a los animales. Así que deberíamos empezar a sentir empatía por los peces, porque a pesar de ser diferentes físicamente a nosotros… como nosotros (aunque no se sabe si en menor o mayor grado) sienten dolor y sufren. ¿Por qué hacerles daño?
(Imagen ilustrativa)
[1] Fuentes http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2988000/2988079.stm y
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2988000/2988079.stm
[2] Muchos ecosistemas acuáticos están en
peligro por la pesca incontrolada.
La pesca, la caza, los mataderos... qué pena de humanidad.
ResponderEliminarSi, opino lo mismo, es entre otras cosas nuestra peor parte.
Eliminar¿Es vegano el autor del artículo?
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