Naturalismo frente a evolución y el argumento de Plantinga: una aproximación crítica
¿Es
la evolución biológica incompatible con el naturalismo? A primera
vista, ésta parece una pregunta contradictoria. En efecto, si pensamos
en el naturalismo como la doctrina filosófica que afirma que los seres
humanos se definen íntegramente y se explican por completo desde
presupuestos materialistas (en este caso desde los presupuestos de la
teoría de la evolución biológica), entonces parece que no hay problema
alguno. Y cuando se afirma que la evolución biológica "explica por
completo" la realidad humana, se incluyen aquí, por supuestos, las
facultades racionales y cognitivas de nuestra condición humana. De este
modo -afirmaría el naturalismo- el desarrollo de nuestra inteligencia,
de nuestras emociones y de nuestra capacidad de elaborar creencias
verdaderas sería una consecuencia de nuestra evolución biológica, esto
es, estas disposiciones cognitivas habrían surgido por su valor
adaptativo.
Sin
embargo, algunos pensadores opinan que, de hecho, evolución biológica y
naturalismo son incompatibles. Más aún, la evolución biológica
desmentiría el naturalismo; en particular, desmentiría la afirmación de
que nuestra capacidad de elaborar creencias verdaderas sea resultado de
la evolución biológica. Tal vez la figura que mejor encarna el punto de
vista de la incompatibilidad entre evolución biológica y naturalismo sea
el filósofo Alvin Plantinga. Plantinga ha elaborado un particular argumento evolutivo contra el naturalismo (Evolutionary Argument Against Naturalism, EAAN).
Alvin Plantinga (1932 - ). Photo de Matt Cashore/University of Notre Dame |
De
forma muy resumida [1], este argumento sostiene que la evolución
biológica no genera necesariamente creencias verdaderas, sino aptitudes
cognitivas que favorecen la supervivencia del individuo y de la especie.
Además, Plantinga afirma lo siguiente: es muy poco probable que
nuestras aptitudes cognitivas confiables -nuestra posesión de
racionalidad, en suma- puedan ser explicadas por la conjunción de la
teoría de la evolución biológica y la doctrina naturalista. Y como
parece cierto que poseemos tales aptitudes cognitivas, capaces de
generar creencias verdaderas, entonces la conjunción entre teoría
evolutiva y naturalismo es racionalmente refutada. Dado que Plantinga,
hasta donde se me alcanza, toma por cierta la evolución biológica, la
conclusión irrefutable es que el naturalismo es falso en tanto resulta
incapaz de explicar la emergencia de nuestra capacidad de elaborar
creencias fiables acerca del mundo y de nosotros mismos.
Resumir
de este modo el EAAN simplifica en exceso el argumento y puede ser
injusto con la riqueza de matices que en él aparecen. Pero lo que me
interesa no es tanto discutir la argumentación en su totalidad, cuanto
abordar algunos puntos que me parecen francamente opinables.
En
primer lugar, el argumento parece obviar el hecho de que las creencias
fiables (es decir, razonablemente verdaderas) no son el resultado directo
de la complejidad de la red neuronal del cerebro (tesis que podría
adscribirse a un tipo de materialismo reduccionista ingenuo), ni tampoco
son realidades que emergen mágicamente del entramado nervioso
cráneo encefálico (como vendría en suponer un materialismo no
reduccionista, pero igualmente ingenuo). En realidad, la elaboración de
tales creencias es deudora del desarrollo del lenguaje, y esto por una sencilla razón: toda creencia con pretensiones de verdad es una creencia discursiva,
y todo discurso refiere a un lenguaje. Por lo tanto, el problema
residiría, más bien, en el surgimiento y desarrollo del lenguaje. Y en
este caso, en la evolución biológica han operado sinergias que han hecho
posible el lenguaje: la conjunción, no simultánea, del bipedismo, la
visón frontal, las manos con pulgar oponible, el desarrollo
cráneoencefálico, la consiguiente neotenia de Homo sapiens y, por
supuesto, la configuración morfológica del aparato fonador, en estrecha
relación con el aplanamiento del rostro del ser humano, todo ello ha
contribuido al desarrollo de un lenguaje (no necesariamente hablado en
sus primeras etapas).
Los factores citados y otros más han contribuido a
un peculiar modo de comportamiento, no sólo de Homo sapiens, sino también de sus inmediatos ancestros a partir, probablemente, de Australopithecus.
De modo que sería necesario reelaborar el agumento EAAN para tener en
cuenta este hecho y no hablar simplemente de la probabilidad de que
nuestra adaptación biológica "garantice" en mayor o menor medida nuestra
capacidad de elaborar creencias fiables. La evolución ha "garantizado·
en nosotros el surgimiento y desarrollo de un lenguaje de doble
articulación, y sólo teniendo esto en cuenta puede abordarse la cuestión
de las creencias, sean éstas fiables o no.
En
segundo lugar, una cuestión que conviene abordar es la siguiente: ¿a
qué se refiere Plantinga cuando habla de "creencias fiables" o
"creencias verdaderas"? O bien, reformulando la pregunta, ¿a qué tipo de
"verdad" se orientan las creencias fiables? Ciertamente una enorme
cantidad de las verdades de que disponemos hoy en día -o, dicho de otro
modo, un gran porcentaje del conocimiento acumulado por el género humano
a día de hoy- son verdades relacionadas con los productos de nuestra
cultura (ciencia, moral, política, economía, sociedad, arte y demás). No
son, por esta razón, verdades que tengan que ver directamente con la
supervivencia adaptativa biológica, aunque sin duda han contribuido a
fortalecer nuestras expectativas de vida. Lo que quiero decir, y que el
argumento de Plantinga parece obviar, es que entre nuestra mera
evolución biológica y nuestra capacidad de generar creencias fiables y
verdaderas media una realidad que no puede dejarse de lado: la de la
creación de la cultura. Somos animales culturales y la cultura es
el escenario en el que cobra sentido la gran mayoría de nuestras
creencias y de nuestras proposiciones generadoras de verdad. En cierto
modo, este asunto está relacionado con el asunto del lenguaje,
mencionado en el apartado anterior. Nuestras creencias no emanan directa
o indirectamente de la configuración evolutiva de nuestros cerebros:
ése es un planteamiento erróneo del problema, pero es la formulación que
el EAAN parece tener presente en el momento de establecer su presunta
refutación. La mayor o menor probabilidad de elaborar creencias fiables
dada la conjunción entre la evolución biológica y la perspectiva
naturalista ha de tener en cuenta, entonces, un tercer factor: el de la
cultura humana.
En
tercer lugar, y con esto termino, el argumento de Plantinga cae en el
error de considerar la probabilidad de que una determinada creencia sea
correcta como si cada creencia fuera independiente de las demás. De modo
que, en efecto, la probabilidad de que sea verdadera la conjunción de
un número alto de creencias, entendida como el producto de las
probabilidades individuales de que cada creencia sea verdadera, puede
ser inimaginablemente pequeña. Pero esto es errar la interpretación,
puesto que raramente elaboramos creencias, o proposiciones con
pretensiones de verdad, que surjan de la nada. Normalmente éstas se
apoyan en creencias previas aceptadas como verdaderas; y así, estas
nuevas creencias, expresadas como proposiciones aléticas (enunciativas y
con pretensiones de verdad) no se chequean frente a un vasto trasfondo
de posibilidades, sino contra un escenario más estrecho, conformado por
las verdades previamente establecidas. Por poner un ejemplo, la
probabilidad de que sea cierta la creencia de que las ondas sonoras y
las ondas electromagnéticas viajan a velocidades distintas es mayor
si partimos del conocimiento previo contrastado sobre la diferente
naturaleza de ambos tipos de ondas que si no partimos de ninguna tesis
sobre el particular y consideramos la creencia anterior como
independiente de las demás. En otras palabras, no debe hablarse de
probabilidades independientes, sino de probabilidades condicionadas en el sentido antedicho.
Por
supuesto, estas objeciones no agotan los elementos de una posible
réplica al argumento de Plantinga, pero pueden constituir una pequeña
base para discutir algunas de las afirmaciones fuertes de la EAAN.
[1] El argumento desarrollado viene a ser como sigue.
- El naturalismo (N) se define como la idea de que no existe Dios o cualquier ente similar a Dios; podemos suponer que se trata de un ateísmo vigoroso e intenso.
- Se llama E a la creencia de que los seres humanos han evolucionado conforme lo establece la actual teoría de la evolución.
- R es la proposición, o el aserto, de que nuestras facultades mentales son "fiables", lo que grosso modo significa que la gran mayoría de las emisiones declarativas procedentes de ellas son verdaderas.
- Entonces, la probabilidad condicional de R, dados N y E, es decir, el valor P(R/N&E) es pequeño o incluso indetectable.
El
argumento de Plantinga comienza con la observación de que nuestras
creencias sólo pueden tener consecuencias evolutivas si afectan a
nuestro comportamiento. O dicho de otra manera, la selección natural no
selecciona directamente creencias verdaderas, sino más bien
comportamientos ventajosos. Plantinga agrupa, en este punto, las
diversas teorías de la interacción entre mente y cuerpo en cuatro
categorías:
Epifenomenismo semántico:
las creencias tienen un vínculo causal con el comportamiento, pero no
por razón de su contenido semántico. Según esta teoría, una creencia
sería un tipo de acontecimiento neuronal de larga duración. Sin embargo,
desde este punto de vista el valor P(R/N&E) sería pequeño porque el
contenido semántico de las creencias resultaría también intrascendente a
efectos evolutivos, y es el contenido semántico el que determina el
valor de verdad.
Las
creencias son causalmente eficaces respecto del comportamiento, pero
adaptativamente deficientes, en cuyo caso, de nuevo el valor
P(R/N&E) sería pequeño y R sería contraseleccionada.
Las
creencias son causalmente eficaces respecto del comportamiento y son
también adaptativas, pero aún pueden ser falsas. Puesto que el
comportamiento es el resultado tanto de la creencia como del deseo, y el
deseo puede conducir a una creencia falsa, la selección natural no
tendría motivos para seleccionar creencias verdaderas pero no
adaptativas frente a creencias falsas aunque adaptativas. De este modo,
el valor P(R/N&E) sería también pequeño.
Manuel Corroza
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