La violencia en el Corán


Autor: Gabriel Andrade
 
La reciente agitación yijadista en Europa nuevamente ha traído al debate, la cuestión de si el Corán es o no un libro violento, y qué tan responsable es de las atrocidades que se han cometido en estas últimas fechas.
Es sencillamente ineludible el hecho de que el Corán es un festín de violencia. Pero, frente a un texto con contenido violento, debemos tener cuidado en su interpretación. El filósofo René Girard ha enfatizado que lo relevante no es propiamente el contenido de violencia en un texto, sino la forma en que se presenta. Un texto que describa violencia, pero para defender a las víctimas y reprochar a los agresores; es muy distinto de un texto que glorifique la violencia y exhorte a los lectores a reproducir la violencia.

En el Corán, me temo, hay mucho más de lo segundo que de lo primero. Hay plenitud de exhortaciones a matar a infieles (redactadas como si fueran órdenes divinas), y a glorificar la violencia. Quienes buscan edulcorar al Islam, suelen tomar con pinzas algunos textos aparentemente pacíficos en el Corán (uno de los más famosos es “no hay compulsión en la religión”; 2:256), y los arrojan como si con eso probasen que el Islam una religión de paz y amor.
Pero, tomar con pinzas textos pacíficos no es suficiente, si el texto en balance es muy agresivo. Hitler en algún discurso hizo exhortaciones a la paz mundial, pero sería ridículo postular, a partir de eso, que el nazismo es una ideología de paz. E, incluso, aun si el balance del texto no fuese agresivo (cuestión que el Corán no parece ser), es menester tener en cuenta que la minoría de versos violentos sería suficiente para inspirar atrocidades.
Los defensores del Islam saltan a decir que en la Biblia hay plenitud de glorificación de la violencia, pero que con todo, nadie reprocha al cristianismo y al judaísmo del mismo modo en que hay una fijación con el Islam. Es indiscutible que en libros como Deuteronomio o Josué, se glorifican toda clase de barbaridades.
Pero, es necesario hacer un matiz importante. En primer lugar, la mayoría de sectas judías y cristianas no consideran que la Biblia sea un texto infalible (hay, es verdad, una minoría fundamentalista protestante que se adhiere a la doctrina de la infalibilidad bíblica, pero sus números son modestos). La Biblia no es en sí misma divina, y se acepta la posibilidad de que tenga errores.
En cambio, para los musulmanes, el Corán no puede ser falible. Pues, una doctrina islámica (que no existe en el cristianismo o en el judaísmo) es que el Corán es un libro eterno e increado. Si pensamos lo suficiente las implicaciones de esta doctrina, hemos de concluir que, para los musulmanes, el Corán es el propio Dios (pues, ¿quién más es eterno e increado?). No en vano, varios críticos han observado que el Islam es en realidad una forma de bibliolatría. En el siglo IX, los filósofos mutazalíes opinaban que el Corán era un libro creado y temporal, pero esa opinión fue suprimida, y hoy los musulmanes no la defienden.
            Quienes edulcoran el Islam, suelen señalar que aquellos versos violentos deben ser entendidos “en su contexto”. Mahoma vivió en el siglo VII, en el contexto de una sociedad tribal violenta, y muchas veces sufrió ataques de enemigos, y así, sus recitaciones deben entenderse con esto de fondo. Si bien hay versos violentos en el Corán que aparentemente fueron recitados en circunstancias militares muy específicas, cabe advertir que no todos los versos violentos obedecen a este contexto. Hay versos violentos que, aparentemente, están dirigidos, no a las circunstancias de una batalla específica en el siglo VII, sino que son exhortaciones generales para todos los tiempos.
            Pero, en todo caso, ¿no nos informan los propios musulmanes que el Corán es un libro eterno e increado? Si esto es así, entonces el Corán no tiene contexto. Bajo el propio alegato musulmán, el Corán no es un mero libro recitado por un comerciante analfabeta en el siglo VII; antes bien, es un libro que antecede a la creación del universo, pues ha existido desde siempre. No veo cómo puede ubicarse en contexto, un texto que supuestamente existe desde antes del Big Bang.
            En el cristianismo (y en menor medida el judaísmo), existe la doctrina de la “revelación progresiva”. Los cristianos creen que Dios ha ido revelando poco a poco su mensaje a la humanidad (esto hace surgir la obvia pregunta: ¿por qué carajo no reveló Dios todo de una vez?, pero en fin, dejemos esto por ahora). Y, en esta revelación, un mensaje puede suplantar al anterior. La teología de san Pablo es quizás la más emblemática de esto: con Cristo, muchos aspectos de la antigua revelación, contenida en la Ley de Moisés, quedan superpuestos por la nueva revelación. Y, por regla general, en el cristianismo, la revelación que superpone a la anterior suele ser más pacífica.
            No es del todo cierto que en el Nuevo Testamento todo sea paz y amor (¡el libro del Apocalipsis, por ejemplo, es terrible!), pero sí podríamos decir que, en términos generales, el Dios del Nuevo Testamento es más amable que el vengativo Yahvé del Antiguo Testamento (algo a partir de lo cual, el hereje Marción de Sinope instó a los cristianos a abandonar las escrituras judías).
            En el Islam, hay también una doctrina similar. Algunos versos derogan a otros (algo muy difícil de comprender racionalmente, pues si supuestamente el Corán es un texto eterno e increado, ¿cómo puede un texto derogar a otro?; ¿acaso no estaba escrito todo ya desde antes de la creación?). Pero, mientras que en el cristianismo, el contenido violento del Antiguo Testamento suele ser superpuesto por el contenido pacífico del Nuevo Testamento, en el Islam es a la inversa: los textos más pacíficos son derogados por los textos más violentos.
            La primera fase de la vida pública de Mahoma fue en La Meca. Ahí, sufrió persecuciones, y trató de ganar adeptos por vía de la persuasión. Desde La Meca, Mahoma recitó versos del Corán que, previsiblemente, no serían violentos. Pero, cuando emigró a Medina, y se convirtió en un caudillo militar, Mahoma abandonó la predicación pacífica, y recitó los versos del Corán que son terroríficos.
Así pues, bajo la propia doctrina islámica de la derogación, los versos válidos del Corán no son aquellos edulcorados como “no hay compulsión en la religión”, sino más bien, recitaciones como el llamado “verso de la espada”: “¡matad a los idólatras dondequiera que los encontréis!” (9:5).

Comentarios

  1. has comentado muchas cosas, pero no has aportado ni un solo texto refriendo-se a la violencia que comentas.

    creo que nunca has leído el coran, y tampoco has quedado con gente que realmente ha leído el coran, ni siquiera has investigado un poco.

    para escribir un artículo, hay que hacer un poco de investigación.

    solo comentarte una cosa, el coran condena a los que roban por cortar-les las manos, y condena a los que se emborrachan en publico a 80 latigazos, pues bien, todos aquellos terroristas, tanto los cometieron atentados en Francia, Bélgica, en muchos países musulmanes o han ido a siria para combatir, tenían antecedentes penales por robos y frecuentaban discotecas, y se dedicaban a las drogas.

    si estas personas tenían un mínimo conocimiento del coran no harían todo lo comentado, pero el problemas que estos terroristas les pasa lo mismo que a usted (si auto mal informan, es decir, que les han comido el coco algunos interesados, y han hecho lo han hecho), lo mismo que acabas de hacer tu con tu artículo, lo único que tu tienes mas estudios que ellos y estas en mejor capacidad facultativa y de razón, pero también te equivocas.

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    El problema no es el coran.

    El problema es la ignorancia.

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    1. A mí, sin embargo, me parece un artículo muy bien escrito y equilibrado y si se ha traducido de otro idioma, muy bien traducido.

      El reproche de que no contenga citas del Corán es, en primer lugar, falso, las últimas líneas son una cita del sura “La espada” indicando el versículo concreto, el 9:5

      En segundo lugar la inclusión de citas del Corán, especialmente las que incitan a la violencia no es recomendable por tres motivos: A) Porque el texto resultante sería excesivamente extenso B) Porque gramatical y lógicamente el Corán es horroroso, algo bastante natural si se tienen en cuenta las circunstancias de las “revelaciones” según Bujari C) Porque no faltaría más sino que el autor se sumase a los predicadores mahometanos que incitan a la violencia e intolerancia confirmando que el mensaje coránico consiste básicamente en intolerancia y discriminación impuesta por la violencia, repitiendo él también los pasajes en tal sentido.

      En tercer lugar es un reproche malicioso, quien lo hace no debe desconocer que efectivamente en el Corán hay un gran número de incitaciones a la violencia y la intolerancia, pedir una cita más extensa es superfluo, no sólo porque por su parte no haga ningún razonamiento ni aporte ninguna cita que desvirtúe lo que pretende rebatir; sino porque para negar la existencia de violencia en el Corán expone dos ejemplos en que se castiga violenta y cruelmente la infracción cometida: con amputación y con azotes.

      Y no sólo es malicioso por ese motivo, también lo es por seguir la habitual táctica dialéctica mahometana de descalificar gratuita y falsamente de ignorante y poco o nada informado al autor del artículo, sin exponer dato alguno que permita suponer que exista tal ignorancia . Pero sobre todo lo es porque los ejemplos que pone no son de aplicación: De acuerdo con el Corán, el despojar de sus bienes a los infieles especialmente si se hace fuera del Dar el Islam, en Dar al Harba, la casa de la guerra, la de los infieles, no es ningún robo, hay un sura completo llamado “El botín” y numerosos pasajes coránicos dedicados a este noble tema, enseñar a los fieles lo meritorio que es saquear a los infieles y en cuanto a otras infracciones, el Islam en el que los conceptos “arrepentimiento” o “enmienda” no parecen cuajar, tiene para tranquilidad de sus fieles otro mecanismo: la compensación, una acción meritoria, como el saludar a otro mahometano borra las consecuencias adversas de cualquier pecado. Un acto tan meritorio como el morir asesinando infieles elimina cualesquiera culpas y garantiza el acceso al Paraíso y el disfrute eterno de l@s 72 jovencit@s de virginidad perpetuamente renovada y más si se trata de pecadillos como el de emborracharse eventualmente que al fin y al cabo le puede servir de entrenamiento para las deliciosas bebidas que le servirán como recompensa en el Paraíso.

      Por otra parte, si bien es cierto que entre los terroristas hay mucho delincuente común y mucho golfo, también hay gente que tiene un comportamiento absolutamente normal hasta que un buen día sin que se sepa por qué, decide asesinar a quien se le ponga por delante, aunque no lo conozca de nada, aunque haya podido tener relaciones más o menos amistosas (el Corán prohíbe la amistad con los infieles) anteriormente. El decir que todos los terroristas son unos delincuentes y que no son mahometanos, o que no conocen el Corán (o la Sunna, aún más sanguinaria y sádica) es pura takiya, (mentira mahometana) y no sólo no convence a nadie sino que por el contrario intranquiliza pues sabemos que no es cierto, lo que no sabemos es el motivo por el que el mahometano se asilvestra y un día comete uno de los 25.825 atentados terroristas por motivos religiosos con resultados mortales que los mahometanos y sólo los mahometanos han cometido desde los asesinatos del 11 de Septiembre hasta hoy 7/6/16, en todo el mundo contra personas de todas nacionalidades, ideologías, religiones, razas y clases sociales.

      El problema no es la ignorancia, el problema es la intolerancia y la takiya que pretende enmascararla

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  2. Mi apoyo y admiración al comentario anterior. Es una vergüenza que buscando información sobre este libro me encuentre este artículo en wikipedia. Pero seguro que estará escrito bajo los efectos de una enseñanza universitaria a cargo del estado. Que en definitiva son los que provocan este tipo de atentados. Los gobiernos como lacra, la religión como educación.

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    1. Dices que te gusta el comentario anterior, que te parece mal que en un artículo sobre el Corán en general hayan puesto un enlace a este en que se aborda uno de los aspectos fundamentales de ese texto, la violencia; que estás en contra de la enseñanza pública, o de la enseñanza, en general… pero, aparte esas profesiones de fe, no se sabe que dices, ni por qué.

      Rectifico, si hay algo que queda claro: el intento de atribuir la autoría del terrorismo a autores distintos de los reales, con lo que te conviertes automáticamente en encubridor y por tanto socio, de los terroristas, sin que tenga la menor importancia el que nadie pueda dar el menor crédito a ese señuelo, pues es de dominio público que, en lo que a estados y gobiernos se refiere, los que han jugado y juegan un papel más destacado como impulsores del terrorismo, son: El Estado Islámico, Arabia Saudí y Catar para el terrorismo sunita e Irán y Rusia para el terrorismo chiita.

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