El retorno de la historia
Por José María Agüera Lorente Dejó escrito Nietzsche, con esa pluma suya de estilo dinamitero, que ser filósofo es «ser momia», es decir, «representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero»; y lo puso entre signos de admiración seguramente para que se oyera su voz indignada en la plaza pública de una civilización que no estaba aún en disposición de prestar oídos a tan irreverentes pronunciamientos. Esas palabras las podemos leer en el capítulo titulado «la "razón" en la filosofía» perteneciente a su libro (concebido para la minoría) El crepúsculo de los ídolos publicado por primera vez en 1889 también con el título alternativo de Cómo se filosofa a martillazos . Entre los ídolos que el intempestivo y radical filósofo ataca con furia intelectual no se halla la historia; sí – como es bien sabido – la ciencia, la religión, la filosofía, la moral, pero no la historia. El porqué de su ausencia del repertorio de dianas de su crítica furibunda viene expuesto ju...